Gilberto Herrera Ruiz, el rostro de la agitación social
El modus operandi del equipo del senador, Gilberto Herrera Ruiz, ya es por demás evidente y hasta grotesco.
Esperan, como cazador en la maleza, a que alguna liebre brinque para tratar de atraparla, pero no han sido muy hábiles. Parecen más bien entre urracas y buitres.
Al día siguiente de un pleito por tierras en el municipio de Pedro Escobedo, los “ciudadanos que dizque defienden Querétaro”, como por parte de magia, ya estaban en la plazuela principal de la comunidad de Escolásticas haciendo sus tradicionales y tendenciosas entrevistas en vivo. Los “gestores” de esta página de Facebook, Irma Monroy y Luis Mendoza, son la carne de cañón de Morena y Gilberto Herrera Ruiz. Son buenos para gritar pero malísimos para resolver. Ya ni porque alguno de ellos es egresado del Tec de Monterrey; pésima inversión. Ambos han incursionado decenas de veces en movilizaciones sociales sin mucho éxito, incursiones en las que terminan siendo bateados por los ciudadanos. Se meten en temas de transporte público, de comercio, asuntos hídricos, medioambientales, ejidales, en fin, toda una gama de “servicios” que ya les hubiera dado para un corporativo.
En la zona de Escolásticas ofrecieron asesoría legal a la familia de una mujer detenida acusada de despojo (invasión de tierras ajenas). El abogado a cargo de la “orientación jurídica”, José María Manríquez Huerta (me suenan esos apellidos), exfuncionario del gobierno de José Calzada, es colaborador de la fracción morenista y de Gilberto Herrera en la cámara alta. Según el portal de transparencia, se desempeña como “asesor en materia legislativa”. O sea, le hace a todo: cambia una llanta ponchada y también elabora dictámenes.
Estos activistas digitales tienen un historial de malísimas chambas, porque juntos no cambian ni un foco fundido con instrucciones. Pero son buenos agitadores sociales, son del perfil que caracteriza a ese sector radical morenista en Querétaro, al que se suman otros activistas de este tipo y que, coincidentemente, todos hacen intersección en el senador Herrera Ruiz. Si esta gente es parte del proyecto que impulsa el exdelegado de Bienestar, estaríamos a merced de una tribu muy peligrosa, belicosa y ventajosa.
La estratagema es bien sencilla: ver qué lío hay para entrometerse y ofrecer su “apoyo”. El segundo momento es la escalada de cualquier conflicto, incluso de un pleito por un cajón de estacionamiento. Posteriormente, acercan a la “víctima” con los asesores de Morena, mismos que capitalizan al ciudadano para un proyecto electoral. Una fórmula bien facilona pero que siguen empleando. La locura manifiesta.
¿Hasta cuándo?