La intolerancia
La semana anterior llevamos a cabo la publicación de algunas líneas que giraron en torno a la inoperancia de las oficinas del RAN Querétaro, cuyo eje se fincaba básicamente en que para poder mover un asunto hay que ser del club de Toby del ingeniero Limón, o bien, según lo que nos comentaron, echarle monedas a la máquina para que los trámites avancen.
A las horas de haberse corrido como pólvora aquella columna, el sitio de La Cruda Verdad intentó ser hackeado. Durante algunos minutos el espacio fue vulnerado para luego retornar a la normalidad. ¿De plano sí mucho miedo?
Creo firmemente que la preocupación debiera radicar en las inminentes demandas por daño patrimonial que se le vienen encima al ingeniero, que dicho sea de paso, andaba de visita en Palacio de Gobierno el pasado viernes 10 de junio.
Ya estando en Palacio hubiera aprovechado para hacer la gestión y sacarle placas de Querétaro a su camioneta.
Bloqueos pacíficos
La historia ya la conocen: un grupo menor a 150 integrantes visitó la CEA para hacer pública su inconformidad con la recién aprobada Ley de Aguas. Se ofreció una mesa de diálogo para una comitiva de 10 personas, misma que fue rechazada porque lo que querían era que la mesa se celebrara en medio de la vialidad y en medio de la marabunta. Así de sensato el joven que describió la “petición”. Quería dialogar con base en gritos y al son de: ¡Noooo! ¡Síííií! Y etc.
¿Resultado? Un líder charro de nombre Rogelio Orozco que alentó el cierre total de avenida 5 de febrero y que culminó con la intervención inmediata de la Policía Estatal para liberar la arteria, así como con la detención de algunos participantes en ese bloqueo.
¿Lo risible? Este señor Orozco huyó cuando arribaron los granaderos, pero reapareció cuando concluyó el operativo. Ya le midió el agua a los camotes: el 14 de junio de 2021 fue detenido, junto con su binomio Sergio Jerónimo Sánchez, en Plaza de Armas.
Activistas, de toda índole, protestaron por la acción de los cuerpos policiales. Acusaron “represión” de una “manifestación pacífica”. ¿Cuándo un bloqueo ha sido pacífico? ¿cuándo es que la comisión de un delito se torna pacífica? Nunca, y eso lo saben los abogados y abogadas de abolengo que ya se han pronunciado en redes.
Mauricio Ruiz, el delegado en funciones del presidente de Morena, aprovechó para subirse al tren. En una carta del Comité (o sea él), se criticó la acción policial y se negó que la protesta hubiera sido organizada por Morena. Y sí, tienen razón, quizás no haya sido una logística de los marrones, pero sí fue ampliamente promovida por sus militantes y simpatizantes al grado de que un consejero estatal, Eduardo Miranda, se encontraba presente durante la protesta.
La Ley de Aguas, y se dejó entrever por parte de la autoridad, puede ser sujeta a alguna modificación, trabajo que podría llevarse a cabo de la mano de la Universidad y su Rectora. Luego entonces ¿cuál fue el sentido de este magnánimo bloqueo? Dos respuestas: los inconformes no leen las noticias o el objetivo tras bambalinas es otro.
¿Qué sigue? Lo que saben hacer bien: otra manifestación pero más moderada. Y por parte de la autoridad puede surgir la búsqueda de un acercamiento con estos grupos, así que aquellos interesados debieran aprovechar las mesas que se ofrecen pero acudan bien documentados, porque de lo contrario…
¡Ah! Y dicho sea de paso: el todólogo y senador, Gilberto Herrera, impartirá una charla en torno a esta Ley de Aguas. Con su ya bien identificada retórica tramposa y alevosa, adelantará las “graves consecuencias” de la nueva norma. Ya queremos verla.
–Tópsy Krets.