Si el parásito vive es porque encuentra las condiciones idóneas dentro de un huésped que le permite alimentarse de él.
Y pensar que hay quienes han optado por un modo de vida similar a la de ese tipo de organismos.
¿Le suena el nombre de Sergio Jerónimo Sánchez Sáenz? Es un ¿maestro? ¿líder? ¿gestor? ¿agente inmobiliario? ¿activista? ¿invasor? No sé con precisión lo que este sujeto es, pero lo que sí sé con exactitud es que le gusta vivir a costas del erario, envasado en una imagen de hombre dócil y servil. Esos son los peores: los ladinos.
Con el cinismo que le suele caracterizar, ha amenazado con hacer un plantón en Plaza de Armas para exigir derechos en favor de “grupos indígenas”. La convocatoria que circuló en redes sociales se hizo a través de un “Consejo Indígena de Gobierno”. Nada tonto; usa a un grupo vulnerable para escudarse en caso de requerirse. Deleznable.
Cada 6 años busca desquiciar a los nuevos gobiernos para sacar alguna ventaja personal. Es insaciable. Hace un año lo exhibieron contando fajos de billetes; no le importó y siguió con su “activismo social”.
Su protocolo de extorsión también se deja ver en cada periodo vacacional o fecha tradicional: Día de muertos, navidad, semana santa y…vacaciones de verano. Son fechas de alta afluencia de turistas, y aunque es válido aprovechar la posibilidad de vender, este sujeto “olvida” que hay más grupos y busca imponerse. Se asienta en la Plaza de Armas para “demandar atención”, se sostiene durante los días que dura “la vacación”, y al terminar el periodo logra algún acuerdo trespesino y se retira. ¡Sinvergüenza!
Pero ahí está el detalle: el huésped que le permite alimentarse. A este sujeto hay que cerrarle la llave. Sabe desempeñar muy bien el papel de intermediario, conoce las prebendas que esto deja (al igual que su tocayo). Por eso no suelta a los grupos indígenas.
No tiene una representación político-electoral que pueda presumirse de modo rentable como para seguirle llenando la boca de billetes. ¿Dónde está el balance del costo-beneficio? Vaya, es un opositor ultra. Y eso sí, muy campante y bien comido en la visita de Claudia Sheinbaum del pasado domingo.
Es un delincuente impune. Así de sencillo. ¿Hasta cuándo?
–Tópsy Krets