Los ánimos, aunque bajita la mano, se empiezan a caldear de cara a la elección del 2024. Hay un responsable que ha adelantado, y por mucho, el proceso electoral (de facto). El señor despacha desde Palacio Nacional y, como muchas cosas, lo que ocurre arriba tiene su impacto en las localias. Y, claro, Querétaro no es la excepción.
En la tierra de la Corregidora algunos ya empiezan a verse en las boletas, y hay otros que de manera subterfugia ya se mueven. Leía hace algunos días que para el caso del Senado no hay muchos perfiles, sobre todo si se trata de mujeres. Pienso diferente.
La oferta creo que es amplia. Vayamos despacito. Ya es de todos conocido que hay de dos sopas: o es Nava o es Sosa. Pero para componer la fórmula se requiere de una mujer. ¿Nombres?
¿Se acuerdan de la aguerrida excandidata a la gubernatura, Bety León? Aunque dice no querer, la barajean. Hace méritos “por cualquier cosa”. No vaya a ser el diablo.
¿Y Selene Salazar? Ha venido despempeñándose de modo aceptable al frente del poder legislativo. Sin mucho aspaviento lleva las cosas por donde deben ir. Sin grillas ni confrontaciones innecesarias como otros tatas.
Otra mujer que se ha llegado a visualizar es la mismísima Sonia Rocha. Que ya le ha tocado, dicen, pero tiene grupo. Y esto, guste o no, es política.
Una buena “galla”, dicen, es Tania Palacios. Tiene con queso las quesadillas, de hecho mucho queso. También ha hecho sus méritos y es una carta posible.
Así las cosas. Aquello de que no hay perfiles está alejado de la realidad. La política es tan increíble y llena de puntas redondas, que en cualquier momento sucede lo impensable. No les pierda de vista.
–Tópsy Krets