Los “agachones” legisladores federales, crean normas inconstitucionales para otorgar más poder al presidente de la República, en detrimento de las facultades exclusivas de la Cámara de Diputados. Lo cual genera un desequilibro en los Poderes Públicos.
Tanto el presidente de la República, como los legisladores federales de Morena, diputados y senadores son una vergüenza a la nación.
Ayer martes 5 de abril, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, después de 2 largos años, resolvió la inconstitucionalidad de la norma prescrita en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que permitió a López Obrador, durante los años 2019, 2020 y 2021, decidir el destino de los “ahorros al presupuesto”, derivados de la política de austeridad republicana, plasmada en la Ley Federal de Austeridad.
Trampa perversa. En materia de recaudación de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos y demás se presupuestan los ingresos con igualdad en el ejercicio de los egresos. Ambas cantidades coinciden según la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos. Una vez aprobada la Ley de Ingresos, el gobierno federal recauda, vamos cobra a las y los ciudadanos lo que se supone deberá erogar en relación a los ingresos.
La realidad es muy distinta. AMLO exige a las dependencias a su cargo que no gasten, que ahorren como sucedió en el 2019, cuando obligó a todas las dependencias para que solo gastaran el 15% de lo presupuestado y lo demás se lo llevó el presidente de la República. Lo que constituye en verdadero fraude a la ley y a los bolsillos de los contribuyentes. Luego robó parte del salario de los burócratas, quienes “donaron voluntariamente parte de su aguinaldo”, para que López lo gastara.
En la materia de Derecho Fiscal, se enseña y se aprende que, el gobierno debe gastar hasta el último cinco presupuestado, aplicar el dinero recaudado en aquello que se programó; para eso se presupuesta. Jamás se cobra al contribuyente para que el gobierno ahorre. A falta de planeación la improvisación, eso es lo que hace el presidente López. Lo despreciable y deleznable, que los legisladores de sus bancadas, le hayan cedido el derecho a López Obrador, para decidir lo que quiera en el gasto y no sean los diputados federales, supuestos representantes del pueblo, quienes decidan de acuerdo a la Constitución el destino del erario producto de la recaudación impositiva. Literalmente un atraco al presupuesto público.
Cuando los morenistas han presumido ahorros en el ejercicio presupuestal, están incurriendo en responsabilidad, están imponiendo más contribuciones a las y los ciudadanos para que el presidente decida a su antojo o libre albedrío, qué hacer con el dinero del pueblo y no sea el pueblo al que tanto refiere como simple retórica vacía, por conducto de los sumisos y traidores legisladores que renuncian a su facultad constitucional para cederla al presidente de la República ¡Lacayos!
Después de los abusos e ilegalidades cometidos tanto por legisladores federales como por el mismo titular del Poder Ejecutivo, quien ha gastado a placer y sin rendir cuentas miles de millones de pesos, por fin la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció en base al juicio de inconstitucionalidad promovido por legisladores de oposición: “declaró la inconstitucionalidad del artículo que facultó a López Obrador, disponer de los “ahorros” a su antojo.
Por esa razón el presidente empezó a regalar el dinero producto de las imposiciones a cargo de los contribuyentes, entre otros, los 90 millones de dólares a 3 gobiernos centroamericanos para poner en práctica los programas que han fracasado en México, como “sembrando vida y jóvenes construyendo el futuro” ¡Rotundo fracaso!
Las secretarías del Poder ejecutivo pueden realizar transferencia, de una partida a otra sin problema. Pero, como en el juego de la “pirinola” AMLO se queda con todo.
La perversidad maquiavélica de AMLO consistió en presupuestar más de 6 billones de pesos anualmente como ingresos a cargo de los contribuyentes; y, la misma cantidad para ejercer en calidad de egresos. Una vez aprobados los ingresos, el presidente exige que “ahorren”, que no gasten, para luego él quedarse con esos miles de millones de pesos y disponer de ellos a su antojo, sin rendir cuentas ni pedir permiso a nadie. Para engañar creó su Ley de Austeridad Republicana, que de suyo adolece de inconstitucionalidad.
Lo decente, lo correcto, lo ético y jurídicamente adecuado, si AMLO no sabe en qué gastar el dinero, es que cobre menos impuestos a los mexicanos. Así de simple es la regla tributaria. Cobro un peso, gasto un peso en beneficio de los mexicanos. La perversidad cambió las reglas; cobro un peso, ahorro 50 centavos y el resto lo gasto en lo que le place al presidente Andrés López Obrador. Eso se llama atraco, abuso, robo, dispendio de los recursos públicos.
La decisión de la Corte es bien importante. Seguramente AMLO buscará la manera de tergiversar, engañar y seguir gastando el dinero como le place. Total, sus diputados “agachones” le aprueban cualquier ilegalidad que comete. Por lo pronto, quedó acotado el abuso de autoridad que viene cometiendo el presidente desde el año de 2019. Nada se puede hacer con el dinero que dilapidó, la norma estuvo vigente mientras no se declaró la inconstitucionalidad.
Héctor Parra Rodríguez