LA ESPADA DE SANTIAGO
Las siguientes semanas serán cruciales para el futuro del actual gobernador de Querétaro. Se define su porvenir político. ¿Qué puede seguir para un mandatario estatal? A estas alturas ya no es difícil adivinarlo; Pancho Domínguez lo ha dejado bien clarito: quiere ser el presidente nacional del PAN.
¿Lo logrará? Ese es otro boleto. Domínguez Servién ha pedido a la Legislatura local cambiar la fecha de su informe para mediados de agosto. No sean mal pensados, no se adelanta, por el contrario, se atrasa pues oficialmente tendría hasta finales del mes en curso para llevar a cabo ese ejercicio de rendición de cuentas.
Lo anterior ha llevado a algunas especulaciones como, por ejemplo, que Pancho deja la Casa de la Corregidora para buscar la dirigencia nacional de su partido justamente en agosto, lo que trae el recuerdo de aquel 2015 cuando Calzada dejó en su lugar a López Portillo para irse como titular de SAGARPA, desde donde pretendió construir su candidatura a la presidencia de la república. Difícil ponerse a las patadas con el Osorio Chong de ese entonces.
Ya hay otro tirador: Gerardo Prieto Tapia, excandidato al gobierno de Tabasco. Asimismo Javier Corral, aunque no lo ha señalado, sus declaraciones apuntan a un deseo de hacerlo. Algunos quieren meter con calzador a Ricardo Anaya en el debate, pero no lo veo con ganas de introducirse en la contienda. Halló otro camino de colocar los reflectores sobre su persona y le está sacando provecho; ya sabe cómo echar a andar a Andrés Manuel.
Y hablando del máximo líder de la 4T, dicen los que saben que López Obrador pretende dirigencias “cómodas” en el PRI y en el PAN, y que opera para obtenerlo. No es que quiera que los priistas y panistas le apoyen incondicionalmente, sino que al menos no le peguen a él ni a su gobierno durante los próximos 3 años. Pero eso ya es mística política, simples y llanos rumores.
Es posible que esta semana se lleve a cabo la audiencia para determinar si le brindan a Emilio Lozoya el criterio de oportunidad a cambio de «una denuncia a modo», según el columnista Raymundo Riva Palacio. ¿Se destapará una cloaca o el ariete político de López (FGR) se convertirá en una llamarada de petate? Bien lo dijo Domínguez Servién hace un año: «sus dichos valen lo que su prestigio: nada.», en referencia a las acusaciones que hiciera el exdirector de Pemex contra Francisco Domínguez. El texto en comento indica que desde la FGR quieren pegarle duro a un queretano que se ha tornado fastidioso para los ojos y oídos del mandatario nacional, y no es don Pancho.
¿Es don Francisco el cómodo?