«Hay dos formas para hacer de la política una profesión: vivir para la política o vivir de la política.»
Esta breve frase es adjudicable a uno de los mayores pensadores que ha dado Alemania al mundo: Max Weber. Y es así como damos inicio a esta columna.
De veras que no deja de sorprender y causar cierto prurito el actuar de algunos servidores públicos representantes del cambio verdadero. Al Registro Agrario Nacional en Querétaro le distinguen varias cosas que nos vienen comentando desde hace algunos días. La primera: que el responsable de cobrar puntualmente las quincenas en esa oficina, Isaías Limón Jiménez, tiene una agenda muy selectiva, pues solo obedece a lo que le dictan desde la casa del emperador, a saber, de la delegación de Bienestar. Si se le pide ayuda para coadyuvar con otros niveles de gobierno, sencillamente ignora la petición. O sea, su juego político se trasmuta en algo pueril y abyecto que permea en el ejercicio gubernamental y perjudica el que hacer de las instituciones. Mal.
Segunda: un sencillo trámite como, por ejemplo, la solicitud para una vigencia de derechos se torna en un momento aciago y dramático para quien lo requiere, pues tienden a ocurrir dos cosas: la respuesta se dilata tanto como gusta el ‘inge’, o bien, no se entrega la información.
Tercera: se les exige a los ejidatarios emplear herramientas tecnológicas para obtener una cita, hecho que para muchos de ellos se vuelve toda una amarga aventura. Y cuando logran que alguien les socorra se topan con la triste realidad digital de los fallos reiterados en la plataforma de internet del RAN. ¡Nooombre, unos genios! Ello los obliga a hacer sendas filas desde la madrugada.
Las fuentes nos hablaron de más de 1100 expedientes con rezago grave, ¡más de 1100! Al principio era la pandemia, ¿hoy cuál será el pretexto para semejante atraso? ¿Qué cavilaban cuando realizaron ese nombramiento?
La tarifazo
Será este próximo dos de noviembre cuando arranque una de las acciones insignia del gobierno de Mauricio Kuri: tarifa de dos pesos para estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad. Aún hay muchos que de plano no lo creen y aseguran que esto no durará, sin embargo parece que las finanzas dan para aventarse una tarea de esa envergadura. Organizaciones afines a la materia estarán con lupa.
Para el cierre
No todo es malo en el campo público, vaya, no todo es como en el laberinto sin salida del RAN. En la Legislatura aún hay servidores públicos a los que bien vale la pena distinguir por su eficiencia y buen trato. Se han profesionalizado en ese ámbito. Bien por los legisladores que, pese al cambio, mantienen a estos perfiles en el engranaje de este Poder, pues son los que dan sustento y vida al quehacer diario de la institución.
DIEGO PARRA GARCÍA
@LaEspadaDeSanti