La semana pasada, Tequisquiapan se llenó de fiesta. Hartos camiones llegaron a la inexorable cita. De aquí para allá corrían los funcionarios recibiendo a los autobuses marcados con las diferentes comunidades. La comida llegaba mientras los asistentes se la saboreaban a distancia mientras llegaba el momento de escuchar a Norma Mejía en su informe de actividades como Presidenta del DIF Municipal. Norma, priísta por cierto, tiene esas viejas mañas de las que los jóvenes priístas toman distancia: es el viejo PRI.
El informe pasaría de noche, si no fuera por el hecho de que Norma quiere suceder a su hermano, al mero estilo Putinesco. Vamos, legalmente nada se lo impide; sin embargo, creo que es un puntapié en las gónadas. ¡Sólo imaginen cuatro trienios en manos de una sola familia! (Suponiendo el peor de los escenarios donde gane y se reelija la Señora Mejía).
Y repito, el informe pasaría de noche si no fuera por el hecho de que obligó la asistencia para mostrarle músculo a los Panistas. ¿A los Panistas? Sí, a los Panistas, ya que de buena fuente se sabe, Norma quiere ir con el PAN porque la búsqueda del poder le quita lo priísta hasta al más priísta.
El problema es que el lugar natural para que el PAN compita en Tequisquiapan ya está ocupado por Daniela Salgado que tiene buen rato construyendo con sudor y suela su proyecto. Hacer a un lado a Dani por Norma sería un grave (gravísimo) error.
Por lo pronto, seguirán las fotos y los recorridos con funcionarios para inaugurar algún “topecito”, porque es claro que un tope es de gran interés para el DIF de #TequisMyLove que encabeza Norma.
La política es un Partit de Costellada. La traducción al castellano sería como un “partidito” que se hace durante una carne asada; informal, entre amigos. Así es la política.